20.2.12

Las energías que aparecen a los 30' solucionan el problema

Recientemente tuve que ir a buscar pruebas de laboratorio. La primera frase que escuché al tener el sobre en mis manos es 'no lo abra hasta que tenga consulta con el médico'....WTF? y esperarme 15 días????
Así pues, me acordé que me ha sucedido muchísimas veces, ¿cómo pueden pensar que mantendrás cerrado el sobre y en secreto durante dos semanas algo demasiado importante?
Todos...evidentemente...lo abrimos.
Ha de haber como un pacto no escrito con los médicos, o los analistas...porque lo han de saber.
Saben que lo abrimos, saben que lo leemos y, aunque no entendamos nada, el hecho es no escondérnoslo mucho rato.
Ellos siempre sonríen como diciendo -lo sé, sé que sucedió en cuanto estuvo contigo- y hacen como que no se dan cuenta e intentan re-sorprendernos.
De todos modos El problema no es el sobre, ni el contenido en sí....la cuestión es cómo afrontar una noticia importante.
Recuerdo que en mi niñez, cuando me daban sobres, los abría desesperadamente, como si el contenido hubiese sido escrito con tinta que desaparece, como en las películas de acción cuando se autodestruyen los mensajes ultrasecretos...tenía la sensación de devorar cualquier 'misterio' que llegara a mis manos.
Posteriormente y con algunas malas experiencias encima, me dí cuenta de que no era buena idea abrirlo de inmediato, que no debería recibir o dar malas noticias en un lugar donde podrías pasar mucho tiempo. Siempre hay que tener un lugar neutral, como restaurantes, parques, etc. Sin embargo....tramposamente, buscaba locales relativamente cerca del lugar donde me lo entregaban.
Después de 45 sobres, he descubierto mi método perfecto :}
1. Recojo el sobre tranquilamente, lo guardo y lo llevo a casa sin hacerle el menor caso.
2. Espero por lo menos media hora sin pensar en él, sin dedicarle un sólo segundo de desesperación.
3. Ir a un lugar más tranquilo y abrirlo. Ese tiempo de desinterés es el que necesita mi cuerpo para serenarse, para desaparecer cada milímetro cúbico de ansiedad que me deja ciega.

Y lo mejor de todo, es que cuando pasa esa media hora, los resultados son 30 minutos más viejos. Son como noticias antiguas que pierden su fuerza y me dan poder para afrontar lo que sigue, como si apagara mi inquietud.
Es como si en esos momentos de total indiferencia y apatía aparecen energías que desean saber qué pasa pero que son capaces de hallar soluciones.
Cuando analicé mi táctica de desahogo pensé que simplemente podía servir para algo más.
Y lo hice...con mails, con mensajes, con noticias...incluso con personas.
Es como ponerle la sal al caldo justo después de hervir...para darle sazón.

Sigo usando mi regla de los 30 minutos y debo confesar que a veces la alargo tanto que olvido qué debía hacer...es como dilatar el tiempo.

Y justo ahora estoy abriendo análisis que me entregaron hace dos semanas.